Soy Fisioterapeuta diplomado en España y me gustaría hacer posible que todos mis compañeros de profesión supieran de mi experiencia.
Al principio pensaba que esta formación, Kinetic Control, sería una formación donde encontraría determinadas serie de ejercicios que me ayudarían poner fuertes las estructuras que consideraba débiles tras mis exploraciones físicas, y así restablecer el buen funcionamiento muscular y por lo tanto corporal.
Cuando recibí el primer seminario me di cuenta que no iba a ser tan sencillo… El movimiento no consta de ver que un musculo es débil y de potenciarlo al máximo para que no sea débil… de eso es capaz mucha gente sin ser experta en el movimiento.
De esta manera, empezamos a conocer todos los conceptos que abarca la manera de trabajar con Kinetic Control, un sistema donde se integra el movimiento desde tres tipos de musculatura con diferentes funciones de estabilización y movimiento, el cual debe poder ser disociados con determinados puntos de referencia. Al principio era confuso, demasiada información en demasiado poco tiempo… y yo que pensaba que solo necesito un par de ejercicios para potenciar 2 o 3 músculos (tibial posterior, VMO, glúteo medio, trapecio inferior…), ¡Qué error!
Ahora sé, cómo decía un filósofo griego, que no sé nada.
Tras el primer seminario, a pesar de ver la cantidad de conceptos que debía estudiar y que debía relacionar correctamente para analizar y tratar el movimiento correctamente, no podía estar más ilusionado y motivado, pues fue la primera vez que conseguí entender el funcionamiento del cuerpo o, más bien el funcionamiento del sistema musculoesqulético.
En este punto creo que es importante aclarar que este relato no se trata de un recién titulado. Hablo a día de hoy después de formaciones muy potentes a nivel nacional e internacional (conceptos australianos, franceses, nórdicos) y a una práctica clínica a nivel privado en centros de fisioterapia y rehabilitación, y clubes deportivos.
Conforme iba practicando los conceptos sobre los diferentes pacientes realizando los test necesarios, estableciendo unos patrones, y los tratamientos para mejorar el control del movimiento observé que sí, que funciona… Y es cierto que a veces pecamos del “a mí me funciona”, pero al final son los pacientes los que reciben tu manera de ver la fisioterapia, y ellos son los que deben testarte a ti como fisioterapeuta a través de su recuperación, pues no olvidemos que nuestro objetivo como profesional es obtener el resultado de la recuperación del paciente.
Seminario tras seminario la frontera del conocimiento sobre el movimiento de todas las articulaciones del cuerpo se iban desvelando como si de la trama de una novela se tratase, y mis ojos empezaban a ver cosas que antes no eran capaces.
Al finalizar la formación me di cuenta, me había vuelto un amante del movimiento, pues sin yo saberlo, mi amada durante estos últimos años, la fisioterapia, no había cambiado, sino que quien había cambiado era yo, había aprendido quien era de verdad, había cambiado mi manera de ver la fisioterapia.