La ciática del piramidal es una lesión bastante común, también denominada síndrome piriforme. El piramidal es un músculo peculiar localizado en la pelvis, en la parte antero-inferior del abdomen, justo delante del recto mayor. Tiene inserciones óseas en el sacro, de donde parte, realizando su recorrido a través de la pelvis, por el agujero sacrociático mayor, hasta alcanzar el trocánter mayor.
Su principal función es ejercer de rotador externo, abductor y extensor. Con la pelvis en extensión, ejerce de rotador externo, y con la pelvis en flexión, hace de abductor del fémur. Cuando separa las piernas hacia afuera, hace de abductor. Es el encargado de conectar el sacro con el fémur y cuando estamos de pie, el piramidal actúa como estabilizador de la cadera, y de la articulación sacroilíaca.
Ante una contractura prolongada o una hipertrofia, puede producirse un pinzamiento del nervio ciático, cuyo diagnóstico suele ser la famosa lumbociática, que habitualmente se diagnostica en casos de hernia discal, aunque las estadísticas muestran la lesión del piramidal suele ser la causa de la mayoría de las dolencias localizadas en la nalga.
Esta pseudo-ciática no suele ser tan dolorosa como una verdadera ciática. No obstante, produce dolor y parestesias en el glúteo y la parte posterior de la pierna, en la misma zona que la patología discal L5S1.
Puede ocurrir que tanto la patología como el síndrome piriforme se diagnostiquen al mismo tiempo, con los pacientes sufriendo ambas lesiones de forma simultánea, lo que dificulta el diagnóstico.
El piramidal aplasta y comprime los vasos y los nervios que se encuentran a su alrededor y que salen de la pelvis efectuando su mismo recorrido, cuando ha sido utilizado activamente.
El piramidal se utiliza con frecuencia en la carrera, ya que contribuye al movimiento de la zancada, y sufre más si se corre por superficies duras o no se tienen en cuenta los tiempos de reposo entre entrenamientos, o no se realizan estiramientos, ni un calentamiento adecuado, sobrecargándolo.
Es primordial dejar reposar al piramidal ante un mal entrenamiento, dándole tiempo a que se recupere completamente para que la lesión no se haga crónica.
Los deportistas que más sufren el síndrome piriforme son los corredores de fondo, ya que con el esfuerzo de la carrera prolongada, la pelvis modifica su postura situándose en anteversión y posibilitando el pinzamiento del nervio ciático.
La postura al correr es extremadamente importante para evitar el pinzamiento, y se debe evitar correr con las puntas de los pies, cuidando la biomecánica y la ejecución de la zancada de forma controlada y consciente. Una alteración mecánica y del pie posibilitará nuestra predisposición a sufrir molestias.
Es común también entre aquellas personas que se inician en la actividad física o entre aquellos que permanecen en la misma posición, generalmente sentados o de pie, durante horas y horas, con el piriforme en tensión y ejerciendo presión. Hay que evitar sentarse con las piernas cruzadas, o sobre una sola pierna.
Otros hábitos como conducir, o cargar pesos producen dolor. La dificultad de cruzar el muslo de la pierna afectada sobre la rodilla de la otra pierna y el estar cambiando continuamente de posición en sedestación son síntomas que nos pueden ayudar a detectar el problema.
Es conveniente ir cambiando de posición si nos encontramos durante mucho tiempo en sedestación, realizando pequeños paseos y aprendiendo las posturas correctas que eliminen el estrés postural.
Además, el glúteo de la pierna afectada suele ser aquella que tenemos acortada. Nadie es simétrico por completo. Asímismo, el pie del lado afectado suele estar más rotado hacia afuera si nos tumbamos boca arriba mirando al techo, y suele coincidir con una mayor pronación de ese mismo pie, generalmente una hiperpronación, tanto en estático como en dinámico.
En resumen, toda la cadena muscular del lado afectado suele ser aquella que tenemos más débil, generalmente de forma congénita, y que nos puede haber producido una ligera escoliosis con el paso del tiempo.
Al ser un músculo donde se acumulan parte de las toxinas del cuerpo, es imprescindible que se mantengan bien hidratado durante todo el día, cuidando la alimentación evitando las digestiones pesadas y escogiendo alimentos diuréticos que nos ayuden a eliminar los desechos del organismo y posibiliten una mejor recuperación del piramidal.