El concepto de movimiento es cada vez más reconocido, pero ha tomado fuerza el movimiento como fundamento de prevención. No se trata simplemente de mantener la movilidad en los ancianos o de mejorar el rendimiento atlético a nivel de élite, sino sobre todo la fisioterapia busca reentrenar, readaptar y rehabilitar a las personas con sintomatología recurrente y dolor crónico (éste último campo ha venido desarrollándose durante los últimos 20 años).

Manejo de la función: objetivo fundamental 

Pero, ¿qué es lo que nos interesa como fisioterapeutas y como personas que realizamos un trabajo en torno al movimiento? Pues el manejo de la función. En el manejo de la función tenemos que:

  • Reconocer qué es un movimiento ideal: no se debe ser muy purista y medir con una guía los movimientos de una persona, pero sí es necesario destacar entre un patrón correcto y uno incorrecto.
  • Reconocer qué es un movimiento no ideal: hay que realizar una clasificación de los patrones de movimiento (tanto postural como dinámico) y los desequilibrios musculares para su posterior trabajo.
  • Influencia del dolor en el movimiento: se considera el dolor tanto a nivel central como a nivel periférico y cómo influye sobre los patrones de movimiento.
  • Desarrollo del dolor crónico.

La función cambia nuestro cerebro 

Sabemos que el movimiento se produce en la parte sensitiva y motora del cerebro. La evidencia científica apunta a que las alteraciones del movimiento conllevan a cambios en la corteza cerebral motora. Es necesario entonces el manejo de la función clínica, tomando en cuenta la patoanatomía, el cuerpo virtual, la neurofisiología, los factores sociales, los factores cognitivos, las sinergias musculares y la postura.

En ese vídeo te explicaremos todo acerca de la importancia del movimiento, sobre todo en el entrenamiento muscular con baja y alta carga, además de los ejercicios dinámicos y funcionales orientados al reentrenamiento.