Una dieta equilibrada es esencial para tener energía y vitalidad y un buen estado de ánimo. Que la nutrición es un factor determinante para la vida no es algo nuevo para nadie. Ya antiguamente, los griegos eran partidarios de una dieta austera pero sin privarse de nada “un poquito de todo”.

No vamos a repetir aquí la tan manida frase de “somos lo que comemos”, aceptada universalmente como una verdad intangible.

La nutrición es un factor indispensable también para el rendimiento deportivo. Los entrenadores y preparadores físicos son conscientes de los numerosos beneficios de una adecuada alimentación.

Hay miles de ejemplos sintomáticos, como el de la tenista número 1 del mundo, Kim Clijsters, que declaró que su fulgurante ascenso al trono mundial se debía en gran parte al suprimir los lácteos de su dieta diaria.

Un caso similar es el de Novak Djokovic, tenista excepcional que se convirtió a partir del año 2011 en genio y número 1 al descubrir que era celíaco y modificar sus hábitos alimenticios.

Eliminó los productos con gluten y los lácteos de su organismo e incluso prohibió que le sirvieran pan y pasta en los hoteles en los que se hospeda en las competiciones.

Djokovic declaraba en una entrevista que la nueva base de su alimentación y el secreto de su éxito era la “soja, el sushi y el pollo”, aparte de reducir los azúcares y de consumir diariamente un antioxidante rico en vitamina E y tan desconocido como la miel de manuka, producida en Nueva Zelanda.

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En este sentido, las investigaciones científicas han ayudado en gran medida a la mejora de las costumbres alimenticias de los deportistas de élite, y por extensión, de todos los ciudadanos.

Ejemplos como la sustitución del pavo en las horas previas a la competición -por su alto contenido en sustancias que inducen al sueño- o los desayunos ricos en Avena -considerado un super-cereal- son cada vez más habituales, aunque impensables hace unos años.

Una reciente investigación científica de la universidad de Massachusets concluía categóricamente que el café mejoraba el rendimiento deportivo, por su efecto ergogénico, algo que todos los deportistas hemos podido comprobar de primera mano.

Muchos futbolistas de talla mundial como Joaquín o Xabi Alonso han declarado que el consumo de café antes de los partidos era algo que no podía faltar en su rutina pre-competitiva.

En efecto, la cafeína posee un efecto estimulador que aumenta la potencia muscular. La cafeína se metaboliza en el organismo e incrementa la quema de grasas permitiendo una mayor fluidez en los músculos del combustible necesario para su actividad. El flujo de oxígeno y de nutrientes hacia el cerebro y los músculos se produce con mayor rapidez.

Su impacto en el Sistema Nervioso Central disminuye la sensación de cansancio y de esfuerzo, permitiendo al deportista rendir al máximo de sus posibilidades.

Una de las primeras medidas que introdujo Pep Guardiola cuando tomó el mando del FC Barcelona fue la recomendación de la ingesta de varias tazas de café antes de los partidos, sin ningún límite para sus futbolistas.

Quizá por eso, jugadores que nunca habían destacado por ser grandes portentos físicos se convirtieron de la noche a la mañana en correcaminos incansables que no dejaban de correr y presionar al equipo rival.